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miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿SE DEBE HACER TODO LO QUE LA BIBLIA DICE?

¿Se debe hacer todo lo que la Biblia dice?
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Laura Schlessinger es una conocida locutora de radio de los Estados Unidos que tiene un programa en el que da consejos en directo a los oyentes que llaman por teléfono. Recientemente generó una polémica pública por afirmar que la homosexualidad es una abominación, ya que así lo indica la Biblia en el Levítico, versículos 18:22, y por tanto no puede ser consentida bajo ninguna circunstancia.
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Lo que a continuación transcribimos es una carta abierta dirigida a la Dra. Laura, escrita por un residente en los Estados Unidos, que ha sido hecha pública en Internet:
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“Querida Dra. Laura: Gracias por dedicar tantos esfuerzos a educar a la gente en la Ley de Dios. Yo mismo he aprendido muchísimo de su programa de radio e intento compartir mis conocimientos con todas
las personas con las que me es posible. Por ejemplo, cuando alguien intenta defender el estilo de
vida homosexual me limito tan sólo a recordarle que el Levítico, en sus versículos18:22, establece claramente que la homosexualidad es una abominación. De todas formas, necesito algún consejo adicional de su parte respecto a algunas otras leyes bíblicas en concreto y cómo cumplirlas:
a) Me gustaría vender a mi hermana como esclava, tal y como indica el Éxodo, 21:7. En los tiempos que vivimos, ¿qué precio piensa que sería el más adecuado?
b) El Levítico, 25:44, establece que puedo poseer esclavos, tanto varones como hembras, mientras sean adquiridos en naciones vecinas. Un amigo mío asegura que esto es aplicable a los mejicanos, pero no a los canadienses. ¿Me podría aclarar este punto? ¿Por qué no puedo poseer canadienses?
c) Sé que no estoy autorizado a tener contacto con ninguna mujer mientras esté en su período de impureza menstrual (Lev 5:19-24). El problema que se me plantea es el siguiente: ¿cómo puedo saber si lo están o no? He intentado preguntarlo, pero bastantes mujeres se sienten ofendidas.
d) Tengo un vecino que insiste en trabajar en el sábado. El Éxodo 35:2, claramente establece que ha de
recibir la pena de muerte. ¿Estoy moralmente obligado a matarlo yo mismo? ¿Me podría apañar usted este tema de alguna manera?
e) En el Levítico 21:20, se establece que uno no puede acercarse al altar de Dios si tiene un defecto en la vista. He de confesar que necesito gafas para leer. ¿Mi agudeza visual tiene que ser del 100%? ¿Se puede relajar un poco esta condición?
f) La mayoría de mis amigos (varones) llevan el pelo arreglado y bien cortado, incluso en la zona de las sienes a pesar de que esto está expresamente prohibido por el levítico, 19:27. ¿Cómo han de morir?
g) Sé, gracias al Levítico, 11:6-8, que tocar la piel de un cerdo muerto me convierte en impuro. Aún así, ¿puedo continuar jugando al fútbol americano si me pongo guantes? (el balón es de piel de cerdo).
h)
Mi tío tiene una granja. Incumple lo que se dice en el Levítico 19:19, ya que planta dos cultivos distintos en el mismo campo, y también lo incumple su mujer, ya que lleva prendas hechas de dos tipos de tejido diferentes
(algodón y poliéster). Él, además, se pasa el día maldiciendo y blasfemando. ¿Es realmente necesario llevar a cabo el engorroso procedimiento de reunir a todos los habitantes del pueblo para lapidarlos? Lev 24: 10-16). ¿No podríamos sencillamente quemarlos vivos en una reunión familiar privada, como se hace con la gente que duerme con sus parientes políticos? (Lev 20:14).
Sé que usted ha estudiado estos asuntos con gran profundidad, así que confío plenamente en su ayuda.
Gracias, de nuevo, por recordarnos que la palabra de Dios es eterna e inmutable.
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REFRANERO POPULAR ESPAÑOL - REFRANES Y MAXIMAS POPULARES

REFRANERO POPULAR ESPAÑOL

REFRANERO POPULAR ESPAÑOL
REFRANES



A buen entendedor, pocas palabras bastan

A buen hambre no hay pan duro

A cada cerdo le llega su San Martín

A camino largo, paso corto

A Dios rogando y con el mazo dando

A enemigo que huye, puente de plata

A falta de pan buenas son tortas

A grandes males, grandes remedios

A la larga el galgo a la liebre mata

A la ocasión la pintan calva

A la tercera va la vencida
A la vejez, viruelas

A lo hecho, pecho

A mal tiempo, buena cara

A palabras necias, oídos sordos

A perro flaco todo son pulgas

A perro viejo no hay tus tus

A quien Dios no le dio hijos, el diablo le dio sobrinos

A quien Dios se la diere, San Pedro se la bendiga

A quien madruga, Dios le ayuda

A rey muerto, rey puesto

A río revuelto, ganancia de pescadores

Abril, aguas mil

Afortunado en el juego, desgraciado en amores

Agosto, frío en rostro

Agua pasada no mueve molinos

Agua por mayo, pan para todo el año

Agua por San Juan, quita vino y no da pan

Al burro muerto, cebada al rabo

Al buen callar llaman Sancho

Al buen pagador no le duelen prendas

Al cabo de cien años todos seremos calvos

Al freír será al reír

Al pan, pan, y al vino, vino

Al que al cielo escupe, en la cara le cae

Alábate, cesto, que venderte quiero

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

Allá van leyes do quieren reyes

Amigo reconciliado, enemigo doblado

Amor con amor se paga

Ande yo caliente ríase la gente

Antes que te cases, mira lo que haces

Año de nieves, año de bienes

Aramos, dijo la mosca al buey

Aún no ensillamos y ya cabalgamos

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda

Averígüelo Vargas

Bicho malo nunca muere

Bien está San Pedro en Roma

Cada cosa en su tiempo, y los nabos en adviento

Cada loco con su tema

Cada mochuelo a su olivo

Cada oveja con su pareja

Cada palo aguante su vela

Cada uno habla de la feria como le va en ella

Cada uno en su casa y Dios en la de todos

Cada uno sabe donde le aprieta el zapato

Casa con dos puertas, mala es de guardar

Casamiento y mortaja, del cielo baja

Cobra buena fama y échate a dormir

Como canta el abad, responde el sacristán

Comida hecha, compañía deshecha

Con pan y vino se anda el camino

Contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar

Cría cuervos y te sacarán los ojos

Criados, enemigos pagados

Cuando el río suena, agua lleva

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar

Cuando marzo mayea, mayo marcea

Dame pan y llámame tonto

De aquellos polvos vienen estos lodos

De casta le viene al galgo el ser rabilargo

De desagradecidos está el infierno lleno

De dinero y calidad, la mitad de la mitad

De fuera vendrá quien de casa te echará

De la mano a la boca se pierde la sopa

De la mar, el mero, y de la tierra, el carnero

De los cuarenta para arriba no te mojes la barriga

De noche todos los gatos son pardos

De tal palo, tal astilla

Del agua mansa me libre Dios, que de la brava me guardaré yo

Del árbol caído todos hacen leña

Del dicho al hecho hay mucho trecho

Desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano

Después de la tempestad viene la calma

Días de mucho, vísperas de nada

Dijo la sartén al cazo: quítate allá, que me tiznas

Dime con quien andas, y te diré quien eres

Dinero llama dinero

Dios aprieta, pero no ahoga

Dios los cría y ellos se juntan

Donde hay patrón, no manda marinero

Donde las dan, las toman

Donde menos se piensa, salta la liebre

Donde no hay harina, todo es mohína

Dondequiera que fueres, haz lo que vieres

El buen paño en el arca se vende

El buey suelto bien se lame

El casado casa quiere

El comer y el rascar, todo es empezar

El diablo, harto de carne, se metió a fraile

El gozo en el pozo

El hábito no hace al monje

El hombre propone, y Dios dispone

El huésped y el pez, a los tres días hieden

El infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras

El maestro ciruela, que no sabe leer y pone escuela

El melón y el casamiento han de ser acertamiento

El miedo guarda la viña

El muerto al hoyo y el vivo al bollo

El ojo del amo engorda el caballo

El perro del hortelano, que no come las berzas ni las deja comer a su amo

El pez grande se come al pequeño

El que la sigue la consigue

El que menos corre, vuela

El que no llora, no mama

El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón

El que tuvo, retuvo, y guardó para la vejez

El saber no ocupa lugar

En boca cerrada no entran moscas

En cada casa cuecen habas, y en la nuestra a calderas

En casa del herrero, cuchillo de palo

En el país de los ciegos, el tuerto es rey

En los nidos de antaño no hay pájaros hogaño

En martes, ni te cases ni te embarques

Entre col y col, lechuga

Entre sastres no se pagan hechuras

Entre todos la mataron y ella sola se murió

Éramos pocos y parió mi abuela

Esa es la madre del cordero

Gallo que no canta, algo tiene en la garganta

Gato escaldado, del agua fría huye

Genio y figura hasta la sepultura

Habló el buey y dijo mu

Haceos miel, y os comerán las moscas

Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma

Hágase el milagro, y hágalo el diablo

Haz bien y no mires a quien

Hazme la barba, hacerte he el copete

Hombre prevenido vale por dos

Ir por lana y volver trasquilado

Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como

La avaricia rompe el saco

La cabra siempre tira al monte

La caridad bien entendida empieza por uno mismo

La costumbre hace ley

La dicha de la fea, la hermosa la desea

La letra con sangre entra

La manzana podrida pierde a su compañía

La mujer compuesta quita el marido de otra puerta

La ocasión hace al ladrón

La ociosidad es madre de todos los vicios

La palabra es plata y el silencio es oro

La ropa sucia se debe lavar en casa

Las cañas se vuelven lanzas

Las cosas de palacio van despacio

Las cuentas claras y el chocolate espeso

Las palabras se las lleva el viento

Las paredes oyen

Las verdades de Perogrullo, que a la mano cerrada llamaba puño

Lo mejor es enemigo de lo bueno

Lo que abunda no daña

Lo que no has de comer, déjalo cocer

Los duelos con pan son menos

Los niños y los locos dicen las verdades

Mal de muchos, consuelo de tontos

Mano sobre mano, como mujer de escribano

Manos blancas no ofenden

Marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso

Más mató la cena que sanó Avicena

Mas presto se coge al mentiroso que al cojo

Más sabe el diablo por viejo que por diablo

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena

Más vale caer en gracia que ser gracioso

Más vale estar solo que mal acompañado

Más vale malo conocido que bueno por conocer

Más vale maña que fuerza

Más vale pájaro en mano que ciento volando

Más vale prevenir que curar

Más vale ser cabeza de ratón que cola de león

Más vale tarde que nunca

Más vale un "toma" que dos "te daré"

Muchos pocos hacen un mucho

Muerto el perro, se acabó la rabia

Nadie diga "de esta agua no beberé"

Ni bebas agua que no veas, ni firmes cartas que no leas

Ni pidas a quien pidió, ni sirvas a quien sirvió

No con quien naces, sino con quien paces

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

No es lo mismo predicar que dar trigo

No es oro todo lo que reluce
No es por el huevo, sino por el fuero

No es tan fiero el león como lo pintan

No hay bien ni mal que cien años dure

No hay mal que por bien no venga

No hay peor cuña que la de la misma madera

No hay peor sordo que el que no quiere oír

No hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague

No hay que empezar la casa por el tejado

No hay que mentar la soga en casa del ahorcado

No hay que vender la piel del oso antes de haberlo matado

No hay rosa sin espinas

No por mucho madrugar amanece más temprano

No se acuerda el cura de cuando fue sacristán

No se ganó Zamora en una hora

No se hizo la miel para la boca del asno

No se pueden pedir peras al olmo

No se puede repicar y andar en la procesión

No sólo de pan vive el hombre

Nobleza obliga

Nunca es tarde si la dicha es buena

Obra empezada, medio acabada

Obras son amores, que no buenas razones

Ojo por ojo, diente por diente

Ojos que no ven, corazón que no siente

Oros son triunfos

Pájaro viejo no entra en jaula

Pan con pan, comida de tontos

Perro ladrador, poco mordedor

Piensa el ladrón que todos son de su condición

Pobreza no es vileza

Poderoso caballero es don dinero

Poquito a poco hila la vieja el copo

Por dinero baila el perro, y por pan, si se lo dan

Por el hilo se saca el ovillo

Por la muestra se conoce el paño

Primero es la obligación que la devoción

Primero son mis dientes que mis parientes

Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija

Quien a hierro mata, a hierro muere

Quien adelante no mira, atrás se queda

Quien ama el peligro, en él perece

Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can

Quien bien te quiere te hará llorar

Quien calla, otorga

Quien canta, sus males espanta

Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro

Quien da primero, da dos veces

Quien espera, desespera

Quien fue a Sevilla perdió su silla

Quien mal anda, mal acaba

Quien mucho abarca, poco aprieta

Quien mucho se baja, el culo enseña

Quien no oye consejo, no llega a viejo

Quien no sabe de abuelo, no sabe de bueno

Quien quita la ocasión, quita el pecado

Quien se pica, ajos come

Quien siembra vientos recoge tempestades

Quien tiene tejado de vidrio, no tire piedras al de su vecino

Quien todo lo quiere, todo lo pierde
Sarna con gusto, no pica

Si da el cántaro en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro
Sobre gustos no hay nada escrito

Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que quería

Tanto vales cuanto tienes

Todos los caminos conducen a Roma

Un clavo saca a otro clavo

Un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero

Una buena capa todo lo tapa

Una golondrina no hace verano

Una vez al año no hace daño

Uno levanta la caza y otro la mata

Unos nacen con estrella, y otros nacen estrellados

Unos por otros y la casa por barrer

Unos tienen fama y otros cardan la lana

Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio

Viejo es Pedro para cabrero

Voz del pueblo, voz del cielo

Zapatero a tus zapatos
***


Refranes y máximas populares
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Recogidos en los pueblos de campo
El que por necesidad juega, por necesidad pierde.
Hay muchos tunos de un mismo pelo.
Una mano lava la otra, y las dos la cara.
El que dispone de su caudal antes de su muerte, merece que le den con una porra en la frente.
Trabajo hecho marchante aguarda.
Lo que no se empieza no se acaba.
El vino sobrante es para el ayudante.
Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros es tiempo perdido.
A un alevoso, dos traidores.
Lo mismo da morir de moquillo que de garrotillo.
Si por beber no he de ver, adiós luz.
Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí.
Los viejos son como los cuernos: duros, huecos y retorcidos.
Donde yeguas hay potros nacen.
Debajo de ceniza están las ascuas.
La peseta, la vela y el entierro, por donde quiera.
A la pesca y a la caza, cachaza.
En cama de galgos no busques mendrugos.
¡Qué buen pueblo de pesca si tuviera río!
No es zorra, ni lobo, ni anda el camino, pero bebe buen vino.
No hay mejor andar que no parar.
En un cortijo grande, el que es tonto se muere de hambre.
En el cortijo que no hay chiquichanca ni casero, el último lava el caldero.
Mientras descansas, machaca granzas.
Ese es maestro de todas las ciencias y oficial de cosa ninguna.
Después de vendimias, cuévanos.
Al zorro durmiente nunca le canta grillo en el vientre.
Tú, que no sabes, me das lecciones.
Al paño, con el palo, y a la seda con la mano.
Sin espuela y freno no hay caballo bueno.
Sácame de hora y no me saques de paso.
Se aplicó la vieja a los berros, y no dijo verdes ni secos.
Asno de muchos, lobos se lo comen.
Aunque no bebo en la taberna, huélgome en ella.
Aunque callo, piedras apaño.
Quien es ruin en su villa, también lo será en Sevilla.
Una cautela con otra se quiebra.
Ayunar o comer truchas.
Becerrita mansa, que de todas vacas mama.
Buena vida, padre y madre olvida.
Cántaro que muchas veces va a la fuente, deja el asa o la frente.
Derrama la harina y recoge la ceniza.
El campo fértil, si no descansa se hace estéril.
El mentir quiere memoria.
El que ha de morir a oscuras, aunque tenga el padre cerero.
En casa del tamborilero todos son danzantes.
Eso quiere la mona, piñoncitos mondados.
Estos cuidados no matan al rey.
Júntate con buenos, y serás uno de ellos.
Robar para dar por Dios.
La cabra de mi vecina da más leche que la mía.
La muerte no perdona ni al Rey, ni al Papa, ni al que no tiene capa.
La verdad adelgaza, pero no quiebra.
Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo mal ganado, a ello y a su amo.
Los dedos de la mano no son iguales.
Más vale acostarse sin cenar que amanecer con deudas.
Paga lo que debes y sanarás del mal que tienes.
Mucho vale y poco cuesta, a mal hablar buena respuesta.
No es bueno para silla ni para albarda.
No extiendas la pierna más de lo que alcanza la manta.
No lo quiero, no lo quiero, pero échamelo en el sombrero.
Púsose a santiguar y se sacó un ojo.
Un solo golpe no derriba un roble.
Por tomar autos y dar traslados a ninguno han ahorcado.
Al que bueyes ha perdido, cencerros se le antojan.
Quien tiene dinero pinta panderos.
Quien recibe iquichanca, derrama el agua.
No hay mejor menguante que el hacha por delante.
Ni mujer, aunque mala, que no rece, a dar se obliga.
Quien traza el mal, lo padece.
Riña por San Juan, paz para todo el año.
La pereza es llave de la pobreza.
Si el que bien sirve no medra, el que mal sirve ¿qué espera?
Si quieres holgura, sufre amargura.
Quien no sabe de mal no sabe de bien.
Si te da el pobre, es porque más tome.
Trasnochar y madrugar no caben en un costal.
Súfrase quien penas tiene, que tiempo tras tiempo viene.
Tiempo ni hora no se atan con soga.
Unos levantan la caza y otros la matan.
Siembra gratitud y recogerás desengaños.
Ni enfermo que siga así, así, ni guardar dinero en zaquizamí.
El burro que más trabaja, más pronto rompe el aparejo.
Ni volver de noche esquina, ni meterte en lo que hace la vecina.
No compres casa en esquina, ni cases con mujer que no entre en la cocina.
En muriendo el arriero se sabrá de quién es la recua.
Para destetar al potro, matar la yegua.
Si quieres saber quién es el chni saludar a pobre que enriquece.
Ni faltar al que te presta, ni subir corriendo escala o cuesta.
Ni a hombre que hablando mire al techo, ni en posada alguna usar el lecho.
Ni vestirse de prestado, ni tratar con moza de soldado.
Ni bajar corriendo la escalera, ni casarse con hija de mesonera.
Pan y queso, mesa puesta es.
Perdonar al malo es decirle que lo sea.
Para su mal supo la hormiga volar.
Por huir del humo dio en las brasas.
Puercos con frío y hombres con vino hacen gran ruido.
Cual es el varón, tal la oración.
Cual más, cual menos, toda la llana es pelos.
Cuando el dinero habla todos callan.
Cuando no aprovecha la fuerza, sirva la maña.
Quien abrojos siembra, espinas coge.
Cuando truena, llover quiere.
Quien come y deja, dos veces pone la mesa.
Donde grandes ollas quiebran, buenos cascos quedan.
Dime de lo que presumes, y te diré de lo que careces.
Dando gracias por agravios negocian los hombres sabios.
Para fiestas iba la zorra, y llevaba el jopo ardiendo.
El que mal come, a la cara le sale.
Beneficios a corporaciones, sufragios por condenados.
Guarda que comer y no qué hacer.
No eches pan a perro que se le cae la cola.
Al freír será el reír, y al pagar será el llorar.
Si quieres vivir en paz, ni prestes dinero ni interés en hermandad.
El que se mete debajo de la hoja, dos veces se moja.
Caracoles, higos y brevas, agua no bebas.
El que se come el queso y se bebe la leche, que le busque el pasto a las ovejas.
Deja el vicio por un mes, y él te dejará por tres.
El que nada desea, todo le sobra.
El que mucho teme, algo debe.
Ninguno que beba vino le llame borracho a otro.
Enero caliente, al diablo lleva en el vientre.
En febrero busca la sombra el perro, y en marzo, el perro y su amo.
El que tiene y da no está obligado a más.
El que da lo que ha menester, el diablo se ríe de él.
Amistad de yerno, sol de invierno.
El tío de la zamarra parece que se cae, pero se agarra.
Por los pies del difunto se sacan las albarcas.
Satisfacción sin tiempo, sospecha al canto.
A junta de rabanades, oveja muerta.
No por miedo de gorriones se deja de sembrar cañamones.
De tejas abajo, cada uno come de su trabajo.
El diablo, harto de carne, se metió a fraile.
El rosario en la mano y el diablo en la faldriquera.
No adoptes hijos que no has tenido ni mujer de otro marido.
Después de mujer maldita, hábito de Santa Rita.
No esta el horno para pasteles.
No hay más yesca que la que arde.
Vanidad y pobreza, todo en una pieza.
No puede con la fe de bautismo en palpeles.
A quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.
El que desea mal a su vecino, el suyo viene de camino.
Gato con guante no caza ratón.
Arriero que cambia la bota, o sabe a la pez o está rota.
En casa del regente, la mujer tengas por pariente.
Cuando la carreta se quiebra en el llano, de atrás le viene el daño.
Buena gente tiene el conde si no se esconde.
Caída soñada, sangría dada.
No te arrimes a señor ni a baranda de corredor.
De la viña del vecino sabe mejor el racimo.
El que crea un caudal no lo suele gastar.
Mesa puesta, cuestión resuelta.
Lo que hace la zorra en un año lo paga en una hora.
Si cuando chico come grano, ¿qué será cuando marrano?
Para ser pobre no se necesita empeño.
Ave que vuela, a la cazuela.
Que convenga, que no convenga, Dios quiere que todos tengan.
Cuando el sargento juega a los dados, ¿qué harán los soldados?
Chanzas, cuantas quieras; pero no llegar a las alforjas, que se desmigaja el pan.
La yesca de Triana, arde cuando le da la gana.
Más vale mal afeitado, que bien desollado.
Quien no coge la gotera, ha de hacer la casa entera.
No quiero morir de cornada de burro ni de patada de gorrión.
Tarde le viene la salud al enfermo.
Más vale dejar en muerte a un pillo un duro, que pedir en vida una peseta a un hombre de bien.
No es lo mismo decir moros vienen, que cátalos ahí.
Andar por las ramas sin irse al tronco.
Dure lo que dure como cuchara de pan.
De mis puntadas te reirás, pero de mi dinero comerás.
Dale alpiste al canario y verás cómo canta.
Dos pájaros en una espiga, hacen mala liga.
Al buen Diez, meterlo en casa.
De esto que nada nos cuesta, llenemos la cesta.
El buen paño, en el arca se vende.
El papel escrito no tiene empacho.
Lo que no se empieza, no se acaba.
Mal juzga del arte el que en él no tiene parte.
Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.
Quien bien está, no se mueva.
El que tiene cuatro y gasta cinco, no ha menester bolsillo.
El que va a casar fuera de su lugar, o va engañado o va a engañar.
Quien huye del trabajo, huye del descanso.
Quien no habla, Dios no le oye.
Quien mucho duerme, poco medra.
Ya se murió el borrico y quien lo arrea.
Quien no tiene suegra ni cuñado, es bien casado.
Quien pronto se determina, pronto se arrepiente.
Quien promete, en deuda se mete.
Quien pueda ser libre, no se cautive.
El que no quiere cuando puede, cuando quiere no puede.
Quien sólo come su gallo, sólo ensilla su caballo.
Quien tiene bien comenzado, tiene mucho acabado.
Rábanos y queso, tienen la corte en peso.
Reniego de la viña que vuelve hacerse majuelo.
Reniego de la uva que en agraz madura.
Reniego de cuentas con parientes y deudos ausentes.
Reprender a viejos y espulgar vellón, dos necedades son.
Reprende vicios ajenos quien está lleno de ellos.
Rey y enamorado mal se compadecen.
Ruego de Rey, mandato es.
Salió del lodo y cayó en el arroyo.
Salamanca a unos sana y a otros manca.
San Miguel de las uvas, vienes tarde y poco duras.
Siempre prometes en duda, pues a dar nadie te ayuda.
Si quieres aprender a orar, entra en la mar.
Si quieres bien casar, casa con tu igual.
Si quieres buen consejo, pídeselo a hombre viejo.
Si quieres ser pobre sin sentir, lleva obreros y échate a dormir.
Si quieres tener buena fama, no te halle el sol en la cama.
Si las píldoras bien supieran, no las doraran por fuera.
Si quieres tener enemigos, presta dinero.
Tantas veces da la gota en la piedra, que hace mella en ella.
Todo se acaba menos el amor a Dios.
Amor y más amor, sólo a Dios Nuestro Señor.
Va el Rey donde puede y no donde quiere.
Venid piando y volveréis cantando.
Vístase a un palo y parecerá algo.
Una res mala a todo el rebaño daña.
Zorrilla que mucho tarda, caza aguarda.
Zamarra mala, dentro la lana, y zamarra buena, la lana por fuera.
Zumba con el desigual en casa y zumbará contigo en la plaza.
En la casa de razón sale primero el mayor.
Cosa de huerta no entra en cuenta.
De mala cepa, nunca buen sarmiento.
En ahogándose el niño, se ciega el pozo.
Al cazador, leña, y al leñador, caza.
Si la víbora viera y el liso oyera, no hubiera hombre que al campo saliera.
A buena voluntad nunca falta facultad.
A buen criado no le falta amo.
Cosa mal guardada de ladrones, bien robada.
Al que ha de dar no le bastan cien ojos.
Y al que ha de recibir le bastan dos.
El agua lejana no apaga fuego vecino.
Al humo, al agua y al fuego, se le hace lugar luego, luego.
Hay quien padece por necesidad; pero el rico avaro, por voluntad.
A un ciego mal puede enseñársele el camino.
A hombre gordo, camisa larga.
Al amigo de tu vino, no le quieras por vecino.
Quien asno nace, asno muere.
Quien bien cena, bien duerme.
Quien juega de burlas, pierde de veras.
El que limpia su caballo, no es lacayo.
Al que no quiere caldo, darle taza y media.
A largo camino, se conoce el hombre.
No hay miel sin hiel.
El amor reina sin ley.
Bando de pueblo dura un día.
Quien canta en viernes, llora en domingo.
El que compra a un magistrado, es fuerza que venda a la justicia.
El que cuenta sin Dios no sabe de cuentas.
A buen hambre no es menester salsas.
El buen trigo hace el pan bueno.
Cabeza grande, cerebro flaco.
Canta la rana que no tiene ni pelo ni lana.
Uno hace mal asiento.
Carne hace carne.
Vino hace sangre, y el pan mantiene.
El que a la guerra muchas veces va, deja la piel o la dejará.
Un diablo caza a otro y Satanás a todos.
Un buen consejo no se puede pagar.
Un barbero hace la barba a otro.
Un buen huir salva la vida.
Una onza de favor vale más que una libra de justicia.
Lo poco espanta y lo mucho amansa.
Más vale buena fama que cama dorada.
Adonde te quieren mucho no entres a menudo.
Ese se parece al perro de la Meca, que antes que le den se queja.
Cuando el lobo da en la dula, guay del que no tiene más que una.
Gobierna tu boca según tu bolsa.
Lo mismo es a cuestas que a hombros.
Sanan llagas y no malas palabras.
No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece.
Eso sucederá en la semana que no traiga viernes.
Al hierro caliente, batir de repente.
Buen abogado, mal vecino.
Si cantas al asno te responderá a coces.
No es tan pronta la cura como la herida.
Una pared blanca sirve al loco de carta.
Los locos hacen banquetes para los cuerdos.
Manos generosas, manos poderosas.
Nuevos Reyes, nuevas leyes.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
No llevarán al asno al agua si no tiene gana.
Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza.
La desconfianza aparta el engaño.
Más vale la salsa que los caracoles.
El lobo y la vulpeja son de una conseja.
Meter aguja y sacar reja.
Arco siempre armado, o flojo, o quebrado.
Achaques en viernes por comer de carne.
Malhechores y encubridores pagan por igual.
A la res vieja, aliviarle la reja.
Al malo por rigor y al bueno por amor.
Al que yerra perdonarle una vez, mas no después.
A mula vieja, cabeza nueva.
A pan duro, diente agudo.
Quien es de vida, el agua le es medicina.
A quien mucho tememos, mucho queremos.
A quien no le sobra el pan, no críe can.
Ayer vaquero y hoy caballero.
Barba a barba honra se cata.
El que a tu casa no va, de su casa te echa.
Bien baila el que la fortuna le hace el son.
Bien se huelga el lobo con la piel de la oveja.
Boca de hiel, corazón de hiel.
La buena mano del rocín hace caballo, y la mano ruin del caballo hace rocín.
Buen corazón quebranta mal aventura.
Buenas son mangas después de Pascuas.
Bueno es un pan con un pedazo.
Cada cuba huele al vino que tiene.
Cada carnero por un pie se cuelga.
Todos los días olla amarga el caldo.
Cada gallo canta en su muladar.
Eso es cantar mal y por fino.
Comida de hidalgos poca y manteles blancos.
Con pequeña brasa se quema una casa.
Dais por Dios al que tiene más que vos.
Desde la copa hay peligro hasta la boca.
De mañana en mañana pierde el carnero la lana.
Dios me dé contienda con quien me entienda.
Donde hay fuerza derecho se pierde.
Donde se piensa que hay tocino, no hay estacas.
Dulce es la guerra para el que no va a ella.
El bien aviva y el mal amortigua.
El tonto si es callado, por sesudo es reputado.
El hisopo del herrero, cuándo en el agua, cuándo en el fuego.
E que no duda no sabe cosa alguna.
El trigo y la mujer, al candil, parecen bien.
En casa de mujer rica, ella manda y ella grita.
Entre prometer y dar, tu hija has de casar.
Estorninos y pardales, todos quieren ser iguales.
Se fue el pájaro, y se quedó con las plumas.
La vanagloria florece, más no engrandece.
Ebro traidor, naces en Castilla y riegas a Aragón.
Hidalgo como el Rey, dinero no tanto.
Honra al bueno para que te honre y al malo para que no te deshonre.
Mujer hermosa, loca o presuntuosa.
La mujer y la gallina por andar se pierden aína.
La zorra no se anda a grillos.
Libre es la cabra del arado.
Lo que se aprende en la cima siempre dura.
Mal ajeno no cura mi dolor.
Más vale comprar que rogar a ruines.
Más vale amigo en plaza que dinero en casa.
Más vale vergüenza en cara que mancha en el corazón.
Mayor mal es el que se descubre que el que se cubre.
Mozo vergonzoso, el diablo lo lleva a palacio.
El Alfonso y vos Alfonso, ¿cuánto va de Alfonso a Alfonso?
Mucho prometer es señal de poco dar.
Mujer que habla latín, rara vez tiene buen fin.
No hay mejor cirujano que el acuchillado.
No con quien naces, sino con quien paces.
No sabe gobernar el que a todos quiere contentar.
Nunca de cuervo buen huevo.
Al que no tiene, el Rey le hace libre.
Quien viejo engorda, dos mocedades goza.
Son como las ovejas de San Pedro, que pagan unas por otras.
Donde pasaste tu mocedad, no lo dejes por mejorar.
Al que se convida le quitan la vida, y al que es haragán lo dejan descansar.
A la tórtola y al moral no los engaña el temporal.
Guarnición y crin dan venta al rocín.
El que quiera saber mentiras en él.
Ayúdate tú y Dios te ayudará.
Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.
La mujer y la gata es de quien las trata.
Mi casa y mi hogar cien ducados valen.
Ese sabe lo que todo el mundo ignora e ignora lo que todo el mundo sabe.
Las faltas de los médicos las tapa la tierra.
El que en la juventud come sardinas, en la vejez le salen las espinas.
Nadie toca el tambor sino el que lo tiene.
No vive el leal más que lo que quiere el traidor.
Más vale camino largo que trocha corta.
Eso es como las plantillas de Guillenserren, que si no hacen mal no hacen bien.
Según es el penitente es menester absolverlo.
Ese médico es como el hijo del doctor Galeno, que al que no estaba malo lo ponía bueno.
La miel está buena, pero amarga la cera.
El que no caza no asa.
Como es el paño se compran los botones.
Según es el mesón, así son los huéspedes.
A tu gusto burro, y llevaba la carga a palos.
Esa mosca no aguarda el Rey que se la quite otro.
Encargos sin dinero, descanso de mi rocín.
El que quiera higos de Lepe, que trepe.
Lo que es del agua, el agua se lo lleva.
Un hoy, vale más que dos mañanas.
Desde que tengo ovejas, todos me dan los buenos días.
El que quiera ponerse rico con su carreta, que la guíe él mismo.
A cocina grasa, testamento magro.
Tanto cuesta mantener un vicio como criar dos hijos.
Las trampas llevan la mentira a cuestas.
Nunca es larga la Cuaresma para el que tiene que pagar en Pascua.
Una palabra deja caer una casa.
Se espera como agua en Mayo.
El que siembra poco, no puede esperar gran cosecha.
Más vale saliva de veterano que betún de quinto.
Los enemigos del hombre son tres: espuerta, alcuza y mujer.
El que no sirve para San Miguel, sirve para diablo a sus pies.
En casa de señorío no hagas nido.
Eso es como la lluvia, que por donde pasa moja.
Lodos en mayo, espigas en agosto.
En mayo frío ensancha tu silo.
En el mes de mayo deja la mosca al buey y toma al asno.
En el mes de mayo el mastín es galgo.
Agua por mayo, pan para todo el año.
Agua de mayo mata cochino de un año.
La mejor cepa en mayo me la echa.
Por Santa Cruz toda viña reluz (reluce).
Por San Urbano, el trigo ha hecho el grano.
Guarda pan para mayo y leña para abril.
En junio hoz en puño para lo seco, más no lo maduro.
El heno corto o largo, por junio ha de estar segado.
Cebada granada, a los ocho días segada.
Pocas veces escardar, pocas espigas al segar.
Ajo, ¿por que no fuistes bueno? Porque no me halló San Martín puesto.
Bendígate julio, pues mayo no pudo.
Desde San Bernabé, al centeno se le corta el pie.
El día de San Bernabé dijo el Sol aquí estaré.
Por la Magdalena recoge tu higuera.
Arada de agosto a la estercada da en rostro.
Agosto y vendimia no es cada día y sí cada año.
En agosto trilla el perezoso.
En agosto uvas y mosto.
Por Santa María ves a ver a tu viña, cuál la hallares tal la vendimia.
Por Santa María de agosto repasta la vaca un poco.
Por la de septiembre, aunque al vaquero le pese.
La primera lluvia de agosto apresura el mosto.
Por agua del cielo no dejes tu riego.
Por San Gil nogueras concluir.
Mes que entra con abad y sale con fraile, guárdale el aire (septiembre).
Septiembre, o lleva los puentes o seca las fuentes.
La viña donde se hiele, y la tierra donde se riegue.
Vendimia en enjuto cogerás vino puro.
Ni viña en bajo, ni trigo en cascajo.
Por San Mateo vendimian cuerdos y sandíos (sandios).
Agua por San Mateo, puercas vendimias y gordos borregos.
Por San Urbán vendimia tu nogal.
Por septiembre las gallinas vende, y por Navidad, vuélvelas a comprar.
En octubre podarás, mas la encina dejarás.
Por San Vicente toda el agua es simiente.
Por San Vicente abra la mano la simiente.
Cávame en polvo y víname en lodo, darte he vino hermoso.
Cávame que llore encavado, y bíname que cierna embinado.
Por San Lucas, azafrán a pellucas.
Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.

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Refranes agrícolas y observaciones meteorológicas
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Saben bien los labradores los días en que la Iglesia rinde especial culto a los Santos, y de estos días se valen para fijar las épocas en que se deben practicar las faenas del campo; ¡hasta agricultor es en España el catolicismo!
Un labrador en pie es más que un grande arrodillado.
Enero mojado, bueno para el tiempo y malo para el ganado.
Enero y febrero comen más que Madrid y Toledo.
En enero, ni galgo liebrero ni halcón perdiguero.
De flor de enero nadie hinche el granero.
Pollo de enero, pluma o dinero.
(O se mueren o se venden caros.)
El mes de enero es como buen caballero.
(Como empieza acaba.)
Enero de muchos hielos, febrero de muchas hebras, marzo de molinas (aguas menudas), abril lluvioso y mayo ventoso, hacen el año florido y hermoso.
En febrero, un rato al sol, y otro...
Cuando llueve por febrero, todo el año ha tempero.
Cuando no llueve en febrero, no hay buen prado ni buen centeno.
Febrerillo el loco no pasó de veintiocho; sacó su padre al sol y después lo apaleó.
San Matías iguala las noches con los días.
Año de heladas, año de parvas.
Año de neblinas, año de hacinas.
Año de brevas, nunca lo veas.
Año de landres (bellotas), año de landres.
Año lluvioso, échate de codos.
En año bueno, el grano es heno, y en año malo, la paja es grano.
En menguante de enero corta tu madero.
Cuando por la Candelaria plora, frío fora.
En febrero mete tu obrero; pan te comerá, más buena obra te hará.
Por San Pablo riqueza en campo.
Tardes de marzo recoge tu ganado.
Boñiga de marzo, tira manchas cuatro, y boñiga de abril, tira manchas mil.
Paja y hierba para marzo la siega.
Sol de marzo hiere con mazo.
A quince de marzo da el sol en la sombría y canta la golondrina.
Niebla de marzo, agua en la mano.
Nieblas en alto, aguas en bajo.
En marzo poda el ricacho y en abril el ruin.
Cuando mayo marsea, mayo marsea.
Quien ara en abril, su madre no lo había de parir, y quien ara en mayo, ni parirlo ni criarlo.
Abril y mayo son la llave del año.
Entre abril y mayo, las harinas para todo el año.
En abril aguas mil, y en mayo tres o cuatro, y estas con recaudo.
Abril, frío, pan y vino.
En abril cada gota vale por mil.
Altas o bajas, en abril sean las Pascuas.
Enjambre de abril para mí, el de mayo para mi hermano.
Frío de abril a las peñas vaya a herir.
Al principio y al fin abril suele ser ruin.
Del garbanzo te sé contar, que por abril ni ha de estar nacido ni por sembrar.
Por San Marcos bogas a sacos.
Mayo hortelano, mucha paja y poco grano.
A lo tuyo, tú.
Aún no es vino, y ya es vinagre.
Grano de trigo no hace granero, pero ayuda a su compañero.
¿Dónde irá el buey que no are?
Hijos y pollos todos son pocos.
Quien en mayo se moja en mayo se seca.
Loca oveja la que al lobo se confiesa.
Cualesquier sementera tiene un día de sarpa.
Huerta sin agua, casa sin tejado, mujer sin amor y marido descuidado, son cuatro cosas que lleva el diablo.
No fíes, ni porfíes,
ni tomes, ni prestes,
y vivirás con sosiego entre las gentes.

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Locuciones populares andaluzas
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¿Viejas las cosas de Dios? Dios nace cada hora.
Dios está siempre en el mismo lugar.
Dios ni come, ni bebe, pero juzga lo que ve.
Está más alto que el «Inri».
Eso no lo arranca ni las tenazas de Nicodemo.
Sólo en el corazón de María Santísima cupo mayor dolor.
¿Cómo se llama? El dulce nombre (María).
Está mala, pero antes de morir se la llevan los ángeles al cielo.
Eso es mucho papel y poco tabaco.
Así paga el diablo a quien le sirve.
Quien no tiene calentura, no necesita médico.
Estaba boca arriba y sin resuello (muerto).
Nada encuentra; se le mandó por agua a la mar, y se vino sin ella.
Maldiciones de becerro no llegan al cielo.
Esto va a acabar a estocadas.- Sí, a estocadas de cuadra.
A veces vale más «callar» por Dios, que «hablar» de Dios.
No quiero bufones; ya no los paga el Rey, porque no los quiere.
¡Toros! Sólo el aliento de los toros levanta un chichón.
Los niños en tortilla (muchos reunidos), no hay quien los aguante.
Ese no le pide a Dios que le dé dinero, sino que le ponga junto do lo haya.
Son como los de Fuente Ovejuna, todos van a una.
A ese no se le puede echar agua caliente (porque el pedernal basto salta).
A mí no me atan corto, que corto la soga.
La memoria juega conmigo al esconder.
Todos están ya sobredorados.
Se duerme sin temor de Dios (del que mal vive con cinismo).
Sí, como la fuente de la rana, que cuando llueve mana.
Obra hecha, no espera.
Anda que no te picará ningún bicho muerto.
Se agarran de un encalado (muro muy terso).
Confesión de tambor, absolución de pito.
Dios no ayuda con nada ajeno.
Cuando asiento mis pies en tierra firme no me los hace menear ni un terremoto.
Llórame pobre, y no me llores sólo.
Come más que el río.
Más torpe que una mano sin dedos.
Fulana, sabe a su casa, y no sabe de juntos.
Dime de lo que blasonas, te diré de lo que careces.
La justicia va en carreta, pero alcanza a todo el mundo.
Eso será en la semana de los cuatro jueves.
El que alabe a fulano no pone más que la boca.
Ese no tiene carmín en las mejillas (vergüenza).
Para merecer, es preciso padecer.
Un juez más derecho que el dedo de San Juan.
Vargas que tiene más gracia andando que el Obispo confirmando.
Quien tal falsedad dice, dice que no hay Dios.
A lo «justo» no llega nada.
El de lo alto (Dios), la tierra de la verdad (el cielo).
¡Qué delgado estás! ¿Estás estudiando para tabique?
¿Qué remozado está? Parece que lo han retocado.
Oficio no mancha linaje.
Hay quien callando habla, y hablando calla.
Aquello era un jardín de virtudes.- No dejaría de haber alguna cabra coja, porque en todas partes las hay.
Al que quiera saber, poquito y al revés.
A los preguntadores, cortapisas y callar.
Ese tiene escalera de plata (tiene suerte).
Entre amigos no hay manteles.
La verdad en Dios, y la justicia en el cielo.
A un juez de palo que fuese, le daría la razón.
Nadie sabe lo que vale un merecido aquí y allí.
¿Lo vio usted? ¿Pues no lo había de ver? ¿Acaso tenía mis ojos en presidio?
El gazpacho del tío Sandoval, mucho caldo y poco pan.
Quiero confesar este año, no me suceda lo que el pasado, que me quedé en barbecho.
Para pronunciar su nombre es preciso agarrarse a una columna.
Sus hijos son tan feos que quitan el hipo.
Un tonto echa una piedra en un pozo, y cien discretos no la pueden sacar.
Ese ha corrido sin pies.
Tan delgada, que cabe holgada en una paja de centeno.
Con un «¡Dios, mío!» me acuesto, y con otro «¡Dios mío!» me levanto.
Venía hecha un toro de fuego.
No todos pueden vivir en la plaza.
Cuando le dan a uno las doce comiendo, alcanza la bendición del Papa.
Querer culpar a mi hijo es como querer arrancar los manteles a los altares.
Se debe dejar las cosas, velas en alto.
Cuando Dios extiende su mano alcanza a todas partes.
Más se lleva el diablo al cabo del año.
Quieres que sea como la medicina de Fernando, que desde la botica venía obrando.
¡Que vieja tan fea! Parece la que tuvo el candil la noche que se ahorcó Judas.
¿Qué hora es? Las todas (las doce).
Gracias, gracias, y me quedo con las ganas de darle a usted más.
Lo digo, y lo dijera con cien bocas que tuviera.
Le voy a dar una guantada de cuello vuelto. -Mire usted que le podrá salir caro. -Cinco duros (la multa).
Aceituna comida, hueso fuera.
El que no engorda comiendo, no engorda lamiendo.
La herramienta (la mano) es menester que coma.
-Guárdate de Fulano. -Su pellejo guarda al mío.
No sé que ha sido de él, ni hoja ni rama, no sé si lo tengo que honrar vivo, si lo tengo que honrar muerto.
El que no se siente de una mala razón, no se siente de una puñalada.
Como la guitarra es mía, toco por donde me parece.
Este año es borracho, y hemos de beber el agua sin bajarnos.
Las funciones de iglesia dan producto al alma y al cuerpo.
Eso es; o cien varas de nariz o cortarla de raíz.
Esos lagartos de oro veía correr a mi vera y no los podía coger.
Parece que va al cementerio por sus pies.
El que tiene sesenta se sienta.
-No es un caballero, es un rico. -Pues dígale usted al rico que en dando las doce cada uno come en su casa.
Eso es horroroso con cien erres.
El que no tiene padrino no se bautiza.
No hay libra de carne sin añadidura.
Tiene el resto en las uñas.
De buenos es honrar.
Entrome con la tuya, sálgome con la mía.
Allí, la mitad parecen tontos, y la mitad lo son.
Yo sé bajarles los jornales.
No se me ocurrió nada, me se apagó el candil.
No seré yo quien le ponga la silla a ese potro.
No entra en misa la campana y a todos llama.
No puede ni con una alforja llena de humo.
El que quiera saber que compre un viejo.
Usted no me saca de allí; ¡pues si un muerto es, y se necesitan cuatro!
Se murió y se llevó la llave de la despensa.
Sirve, porque hace de D. Juan, Juan y Juanillo.
Que se muela el trigo entre dos piedras.
No tenía que comer más que las uñas.
Nunca se han reunido los perros a pedradas.
¡Qué gañán! Ese va a engordar con las letras que se come.
Es tan largo como pelo de huevo.
De esto no hable usted mientras el cuerpo le haga sombra.
Está más perdido que un tapón.
Ahonda y sacarás agua.
Don Juan de Mena, ni palabra mala ni obra buena.
No hay cosa más socorrida que un día tras otro.
¡Jesús qué prisa! En diciendo melón, la tajada en la boca.
Los pinículos dicen siempre, a la corta o a la larga, que han comido con cuchara de palo.
Era entonces muy bruto, y ha continuado.
¡Qué mal año! Ni el Padre Santo podrá consagrar (no habrá trigo ni vino).
Ese es otro moro con otro garrote.
Poco me cuesta ponerle los calzones al jaco.
¡Mire usted eso! Parece una mentira detrás de una mata.
Guarda que comer y no que hacer.
Ese no cambia en ese pellejo.
Se lo diré con la boca de mi cara.
Verá usted como le mando un recadito que se mude, con tres luegos.
La madera que ha de servir para cruz no le entra polilla.
No abro aunque venga el lucero del alba con una torta en la mano.
¡Qué frío! Señor, sol y avispas aunque me piquen.
De las veinticuatro horas, veinticinco estaba borracho.
En diciendo yo una cosa, la firma el Rey.
Hijos criados, duelos doblados.
¿Cómo saliste con esta noche? No había otra.
Pues si por mis bolsillos corren ratones.
¿Dónde vas oveja loca? A ver si topa.
Quien dice la verdad, ni peca ni miente.
Tan hermosa que paraba al sol.
Si estás triste, cuélgate un cascabel en las narices.
Si el diablo no hubiese inventado la mentira, la hubieras inventado tú.
Para esos dolores no hay sino polvos de mayo y cáscaras de brevas.
La mentira anda barata.
Me eché las piernas al hombro y no quise ir.
Hasta que no briegue el tiempo no llueve.
El diablo está haciendo leña en el tajanal cuando tú no te estrenas.
Juan, ¿qué te duele? Todo lo que se llama Juan.
Dios tiene que dar más de lo que ha dado.
«Vecina-vocina».
Ni Jesús pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
Ese fuego es como la risa del negro, se apaga en un instante.
Sea el santo que fuese, «ora pro nobis».
Calla, calla, que no sabes por dónde le entra el coco a la haba.
Ese, bárbaro fue a Madrid, y bárbaro volvió a venir.
Ese no pasa de ocho cuartos, ni ha de llegar nunca a real.
No echo mangas largas, sino que cuento con lo que gano.
No tanto queso como pan.
Sin un ochavo no se hace un real.
Es como el cura de Trebujena, que se murió de sentir penas ajenas.
Se ha criado tan sujeta como un cerrojo.
No tiene más luces que las del día.
Esa habla hasta debajo del agua.
Aquello va despeñado (atolondrado.)
Dios y su madre no quitan carnes, sino el hijo al nacer y la madre al morir.
Ese no tiene más luces que las del día.
Como no se tiene el tiempo en la mano.
-¿Cómo te va con tu suegra? -Cómo me ha de ir, una hubo de azúcar, y amargó.
Se veía como unas huertas.
No puedo ver a las gentes «relojeras» para el trabajo, y que sea menester pincharles como a los bueyes.
A mí no me quema más que la candela y el aguarrás.
Al que no quiera habas, tres guisos al día.
Yo tocarme la mantilla con una que tuviese nota, eso no. Con esas que una se junta que le dé y no le quite.
¡Ay! Que esto se me ha caído de la mano. ¿Quién me estará mentando? -«Mal cogido.»
Te he de querer mientras tenga Jesús la Cruz a cuestas.
¿Qué hago? Respirar por no ahogarte.
Eso no pega ni con cera ni con cerote.
Como moza de posada, mal comida, mal bebida y deshonrada.
Con esto se echó el ribete a la empanada.
El buey que me corneó, a buena parte me echó.
Es como la gente gañana, que lo que es hoy no es mañana.
Lo da de «don atrás» (se encumbra).
Como no tengo «hayal» (dinero), me llamo callar.
Echar crudo para que haya cocido.
¡Máquinas, malditas! Los brazos de los pobres son su caudal; en parándose, ¿qué será de ellos?
El hijo de la vecina por madrugar se halló un costal. -Más madrugó el que lo perdió.
-Dígame usted la verdad. -No señor; si la digo, me quedo sin ella.
La aseada de Jurguillos, que lavaba los huevos para freírlos.
Esa es de las que echó Santa Ana del carro abajo (es decir, que es cuajona y pava).
Es muy recatada; no es de las de puerta de calle y punto en calceta.
Está tan espesa la cebada, que no se puede «regender» con una espada.
Yo no entiendo de grajos pelados.
Estás más desgraciado que el tiesto de Inés, que se secó lloviendo.
Eres como la hierba en primavera, que crece de noche y de día.
En empezando a comer, era preciso silbarle para que parase.
Más fornido que un canto.
Si el niño llora, dejarle llorar que la boca es nueva.
Harto ruin es quien por lo suyo no vuelve.
A costa de su pellejo, Francisco Esteban fue guapo.
Mientras hay catas, hay embudos.
Eso ha de sonar más que las narices.
¡El demonio se pierda!
Era un pan de rosas; nunca se le oyó un malhaya.
Como usted, señor Vicente; pero cuidado que no reviente.
Parece tu cabeza una «pavea» de albejones.
A tu casa no lleves quien ojos tenga.
Aquello le sonó a campana cascada.
El real que guarda ciento es buen real.
Como la ballena, que todo le cabe y nada le llena.
Padre tengo, y lo tengo muerto.
He estado haciendo mi hacecillo de suya.
Lo que se calla se puede decir, lo que se dice no se puede callar.
La verdad no pierde por niña, ni la mentira gana por anciana.
Remienda tu sayo, y pasarás tu año.
Ya se vio; le pareció todo el monte orégano.
Al que cuece y amasa, no hay que venderle hogaza.
Hazme ciento y márrame una, y no me has hecho ninguna.
Tomó dos de luz y cuatro de traspón.
La gracia del peluquero es sacar rizos donde no nay pelo.
Es amigo de hacer honras de cuerpo presente.
¿Quieres retar a tu madre? Mira que «hija» eres y madre serás.
No grites; si fueses de alambre, habías de ser el mejor cencerro que hubiese en la campiña.
Ni a ti te luzca ni a mí me haga falta.
De lo contado come el lobo y anda gordo (por malas cuentas).
Tienes gañotes de calceta vieja.
Esos B., que son judíos, que es peor que ser negros, porque lo negro sale, pero lo judío se reverdece cada siete años.
Al pobre tío Juan se lo comen a cucharadas.
Dile que si eso dice le arrancaré la lengua y la campanilla.
Para hablar de mi hija es preciso que se enjuague la boca con agua de rosas.
¡Qué destruida está! No parece ni su prójimo.
Vestido de saya y el dinero en la caja.
¡Qué aseada es! Está su cocina que parece que no ha pecado.
Estamos en paz y jugando.
Este está aquí y en el infierno.
Tiene más ojos que un camaleón viejo.
Tenía la boca desplegada de reírme.
La familia del Dios Baco, padre, hijo y el Demonio.
Se le caen los calzones de hombre de bien.
Más bueno que el pan, y más pasado que la masa.
Cuerno y cuerna que son macho y hembra.
Estás como el milano, las alitas quebradas y el pico sano.
Es capaz de comerse la omnipotencia de Dios hecha pan.
-¿Pero qué hace? ¿En qué se emplea? -Tiene siete sesos, y los siete vacíos.
Tiene pestañitas de sombra.
No es tan muchacho, que ya ha rompido la casaca (cumplido el servicio militar).
Es buen hombre y mal sastre.
Yo seré tonta hasta donde me ha hecho Dios, pero no hasta donde me quieren hacer los hombres.
Es más feo que pegarle a Dios en Viernes Santo.
Tiene el oído en los pies.
El cielo se puso sus plumeros.
Señor, tanto pesa una libra de lona como una libra de oro.
Donde hay campanas hay de todo.
¡Dios mío! Este es el último escalón de la horca.
La gracia de Dios ha de salir (se sabrá la verdad).
Le vino tan bien como a un santo dos velas.
Padre, me acuso que soy carpintero. -Tarugo tenemos.
Las penas se me empalman.
Si como mientes corres, el demonio que te alcance.
Tres cosas hacen al campesino salir de su casa: procesiones, toros y personas reales.
No he pegado los ojos en toda la noche.¡Cómo los habías de pegar, si están por medio las narices!
El papel aguanta mucho.
La santa rosa ama las espinas, entre las que se cría.
¡Qué lenguas! Aquí, pronto le quitan la capa a San Juan, la camisa a San Sebastián y el pellejo a San Bartolomé.
¡Señales de agua! Todas marran. No hay más señal cierta que cuando le sudan los cuernos a los bueyes.
El perro del herrero, que no acudía a las martilladas y acudía a las mazadas.
Se casó con un desavío, pero fue porque si ella era negra, las pesetas eran blancas.
¿Qué cenaba el pobre? -Pan y pan.
Quilindón, quilindón; zapato de vara no gasta listón.
Quiero que me miren a la cara, y no a las manos.
Lo que ha de cantar el carro lo canta la carreta.
¡Tengo unas vísperas! (Presentimientos.)
Tener hijos es: nueve meses de enfermedad y toda la vida de convalecencia.
¡Razón! Esa la tiene todo el mundo; es lo más cuotidiano que hay, y anda tirada por el suelo.
El dinero se ha perdido.
Me dejó la cara llena de frente.
Más vivo y más ligero que un brinco.
Quien sangre nueva administra, la suya la tiene frita.
Ya esas (cosas viejas) van echando las obligaciones atrás.
Eso es como el milagro de Mahoma, que lo pusieron al sol y se quedó a la sombra.
Ese, si fuese sol, no alumbraría a nadie.
Ese botón, ¿es de casaca o de casacón?
Tan mansa y tan loge, que no es capaz de decirle zape al gato.
Ha quedado como barrido, desgastado y deslucido.
Estás como Juan Flor, que se curaba para estar mejor.
Conoce las letras, pero no las junta.
Ese entripado lo ha tenido cocido por dentro.
No pasé peine por cabeza, que no se quedara calva.
¡Qué delgada está! Y está bien, y come, pero parece que come relámpagos.
¡Anda! Un mal marido te entre por las puertas.
Siempre está en el campo como una cepa.
Sobre la quemadura, agua hirviendo.
Tiene la cabeza como rabadilla de gallo inglés.
Quiero ser tambor, pero ser el que toque mejor.
Al amigo se le acompaña hasta la puerta del infierno, y allí se le deja.
La carne, para el diablo; los huesos, para Dios.
Lo mismo es tu cuento que los perros pachones, que de feos hacen gracia.
Si el mar se casase se le quitaba la braveza.
Salí a la calle y avergoceme, y entré en mi casa y consoleme.
Esas son señoras injertadas.
Don Juan, la moneda es un gran señor.
Tome usted este pan, aunque es duro, que más vale Duranda que no Miranda.
Señor Corrín, que corriendo va, que siempre corriendo y nunca hace «naa».
Dios le ayude, y a nosotros no nos olvide.
No era más que para el «arache» y el «cavache» (arar y cavar).
El que da un mal rato, no lo espere bueno.
Viva la jaquita de Fosal, que hacía polvo en un lodazal.
Cada uno sabe sus penas, y Dios las de todos.
¡Qué chillones! Parecían huecos.
El que va por la ley, ¿quién le echa el arado atrás?
Ese, si lo apalean, echa bellotas.
Es fino como tafetán de albarda.
Si ahora le parece tarde, más tarde será mañana.
Parece andando un loro viejo.
Tenía la cama más dura que un arroyo.
Tan hermosa, que la envidia el día.
La cae la sombra de un coche.
Ahora, hasta los escarabajos empinan la cola.
Haré... Hombre, que se vea y no se diga.
Todo te se vuelve cerner y no echar harina.
Cogí el pendil y la media manta y me mudé.
Mientras hay Dios hay misericordia.
Hoy la hallas, y mañana la encontrarás falla.
Estás como tía Mai Miguel, que le daba vergüenza hasta de ser mujer de bien.
Sobre padre no hay compadre.
Pues si yo estoy como las ánimas benditas, siempre deseando que le den.
Mañana será de día, y verá el tuerto los espárragos.
Cuando viene a pelo, aunque la burra se caiga en el suelo.
Dios sabe el que le sirve.
Para decir el toro viene no es menester tantos arrempujones.
Conforme se murió se hizo el caudal tiras y gabanes.
Era cosa tan buena, que el rey la llamó de tú.

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GOTICO

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